miércoles, 21 de octubre de 2009


Cómo fomentar la autorregulación en los alumnos del nivel educativo de primaria
Con la firme idea de fomentar la autorregulación en alumnos de primaria, es necesario partir de un diagnóstico, que permita evidenciar las condiciones personales en las que se encuentre cada estudiante, así como el contexto dentro y fuera de la escuela, que repercuten directa o indirectamente en el aprendizaje; presentando los conceptos de manera adecuada y pertinente. Ormrod (2005, p. 188) “el desarrollo cognitivo proviene de las interacciones que tienen los niños con su entorno físico y social. Al interactuar con su entorno, los niños desarrollan y modifican sus esquemas”.
Por principio, la autorregulación es un proceso autodirigido a un nivel metacognitivo, motivacional y conductual, por lo tanto la motivación intrínseca del estudiante debe partir de su propio interés que pueda tener para la realización de sus tareas, actuando con autonomía evitando a toda costa fracasar en lo que hace, tomando como modelo lo más inmediato que tiene a su alrededor, como pueden ser sus progenitores, maestros, ídolos musicales, estereotipos fabricados por la televisión o sus amigos con los que muy probablemente tenga mayor identificación, pues éstos suelen ser los grupos de referencia más importantes en sus concepciones.
El habla autorreguladora sirve como instrumento para modificar la conducta, ya que ayuda a los niños impulsivos y agresivos a controlar y regular su conducta, Donald Meichenbaum, en Meece (2000, p. 134). Además, es útil en el aprendizaje, ya que permite a los niños mejorar sus habilidades en la escritura, la comprensión de la lectura, y su rendimiento en matemáticas.
Los adultos, junto con los estudiantes más competentes, van contruyendo un andamiaje en el que el aprendiz, que se encuentra en su zona de desarrollo proximal, se sostiene para ir desarrollando sus propias habilidades cognitivas, (Rogoff, 1993). La escuela se convierte, entonces, en el contexto social por excelencia donde edificar éste andamiaje; en actividades como el trabajo en equipo o en pareja, donde alumnos más competentes ayudan a aquellos que todavía se encuentran en la mencionada zona de desarrollo proximal.
El rol del modelo es de suma importancia, ya que como lo menciona Ormrod, (2005, p. 160), éste debe tener ciertas características para que sean eficaces, como que sea competente, que goce de prestigio frente a los estudiantes, que se comporte de acuerdo al estereotipo de su sexo, y que su conducta modelada sea relevante para el observador. Los anteriores vienen a ser lineamientos que el maestro frente a grupo debe atender para estimular a los estudiantes a ir construyendo sus propios procesos cognitivos.
Al cuestionar al alumno constantemente sobre sus propios procesos cognitivos, lo hace reflexionar sobre ellos, favoreciendo así la metacognición. Cuando el alumno se conoce a si mismo, favorece su autorregulaación.
El sentido de autoeficacia y la motivación son determinantes a la hora de entrenar a los alumnos en técnicas de autocontrol. La retroalimentación positiva y la aplicación de esquemas de reforzamiento adecuados a cada situación en particular, (Ormrod, 2005), son importantes para mantener el grado de interés en los alumnos.
Una buena estrategia para que los alumnos sigan aprendiendo durante toda la vida sin ayuda del maestro, consiste en convertirse en aprendices autorregulados. Woolfolk (2006 p. 478) define “Aprendices autorregulados, quienes poseen la combinación de habilidades de aprendizaje académico y autocontrol que facilitan el aprendizaje”
Woolfolk (2006 p. 478) “refiere que para ser aprendices autorregulados, los estudiantes necesitan tener conocimientos acerca de si mismos, de la materia, de la tarea, de las estrategias de aprendizaje y de los contextos donde aplicarán su aprendizaje”. Cada ser humano se conoce a sí mismo, por tanto conocen las formas de cómo aprender mejor, a si saben cuáles son sus intereses, que se les facilita, que se les dificulta y como cómo tratar esas dificultades y de la misma materia que estudian por tanto se les facilitará más el aprendizaje y el seguir aprendiendo.
Para fomentar la autorregulación en los educandos, los maestros pueden valerse de diversas técnicas y estrategias, que pueden verse influidas por los intereses de los propios estudiantes, por sus características y ritmos de aprendizaje, a si como de los intereses del grupo en general.
Díaz y Hernández (2002) menciona que “uno de los objetivos más valorados y perseguidos dentro de la educación a través de las épocas, es la de enseñar a los alumnos a que se vuelvan aprendices autónomos, independientes y autorregulados, capaces de aprender a aprender”. Los mismos autores proponen que alumnos que obtienen resultados satisfactorios, muchas veces han aprendido a prender debido a que:
Controlan sus procesos de aprendizaje, se dan cuenta de lo que hacen, captan las exigencias de la tarea, planifican y examinan sus propias realizaciones, pudiendo identificar los aciertos y las dificultades, empleando estrategias de estudio pertinentes para cada situación y por último valoran los logros obtenidos y corrigen sus errores.
Un ejemplo de cómo fomentar la autorregulación en la escuela primaria sería mediante el planteamiento y resolución de un problema que tenga más de una forma de llegar al resultado, donde el alumno identifica las condiciones o normas del problema, conoce y planifica la tarea en base a los datos, hace la selección del procedimiento más adecuado para esta situación (él selecciona no hay estereotipo a seguir), socializa resultados con un pequeño grupo y por último valora los logros y/o corrige sus errores, al mismo tiempo que aprende de los demás compañeros otros procedimientos posibles y estrategias en la confrontación de resultados.
Otro ejemplo podría ser la construcción de cuerpos geométricos a través de instrucciones por escrito. Por ejemplo su desarrollo plano que formas tiene (caras), cuantas aristas tiene, sus bases miden cierto número de centímetros, las caras tienen un área de, su volumen es de, entre otras que los lleven a formar la figura.
Primeramente identifican la terea y captan sus exigencias, emplean estrategias de aprendizaje acorde a la situación, planifican y examinan sus propias realizaciones, valoran sus logros y corrigen sus errores, se dan cuenta de lo que hacen y ellos mismos controlan sus procesos de aprendizaje. Para la reflexión se puede hacer también socializando resultados en pequeños grupos.
Otro ejemplo es desarrollar un juego por equipos de 10 integrantes en el patio de la escuela, en donde el objetivo será formar números de más de seis cifras, para luego identificar el valor posicional de los números. A cada integrante de cada equipo se le entrega una papeleta con un número que puede ser del 0 al 9, luego el maestro marca una línea de 8 metros de extremo a donde están los equipos, menciona un número de seis o más cifras y los niños que tienen papeletas corren a formar esa cifra en la línea previamente dibujada por el maestro, después de formarla los alumnos que no participaron en esa cifra revisan los números formados, y los que si participaron dicen el valor posicional que les tocó dentro del número. Posteriormente se muestra un ejemplo.
Después de realizar la actividad comentan que les pareció la actividad, cuales metas se establecieron de manera individual, hacen su reflexión individual de su participación dentro del equipo, valoran los logros obtenidos de manera individual y analizan las estrategias que utilizaron.
En ese sentido las normas pueden ser sumamente formativas. Las estrategias de autorregulación buscan que los alumnos aprendan a observarse a sí mismos y a modelar su conducta estableciendo metas propias. El siguiente es un ejemplo de autorregulación a partir de una norma escolar, ver tabla 1.
Tabla 1
Ejemplo del establecimiento de normas para el manejo de la autorregulación
Norma Hablar con respeto a sus compañeros de clase
Razones Hacer un listado de lo bueno y lo malo, con la finalidad de que puedan constatar lo que el respeto puede generar en la convivencia dentro y fuera de la escuela.
Valor Respeto
Autoanálisis Pedir a los alumnos que lo practiquen por una semana, y hagan su propia reflexión de qué tan importante suele ser el respeto en las normas de convivencia
Autorregulación Pedir a los estudiantes que establezcan sus propios parámetros en el cumplimiento de metas personales







Como se puede observar, la razón de la estrategia es la siguiente:
a) Se parte de un reglamento, estableciendo normas de convivencia.
b) Las razones justifican la norma.
c) El valor contiene una razón.
d) El autoanálisis permite la propia observancia en la práctica del valor señalado.
e) Autorregulación será el compromiso establecido una vez que se mejora la conducta con el valor aprendido.
Espinosa (2000) determina que la autorregulación establece un control sobre el proceso de aprendizaje por medio de estrategias generales que trabajan sobre otras estrategias más específicas donde estas mismas tienen el propósito de generar un aprendizaje autorregulado.
El aprendizaje autorregulado consiste en el uso adecuado de actividades y estrategias de aprendizaje. Un estudiante autorregulado puede cambiar entre diferentes actividades de aprendizaje dependiendo de las metas y los contenidos de las tareas. Le es permitido ejecutar actividades de aprendizaje que le guían hacia el conocimiento, compresión, integración y solución de problemas De Jong y Simons (citados en Espinosa, 2000).
Para el estudiante que logra un aprendizaje autorregulado cuenta con otras habilidades identificados como: elección de las metas, orientación hacia las metas, priorización de las metas, así como tener motivación intrínseca hacia las metas y el aprendizaje.
Una correcta planeación de las actividades necesarias para alcanzar una meta determinada, el monitoreo de dichas actividades, y la evaluación del grado de logro de las metas deseadas, son excelentes auxiliares en el proceso de autorregulación del aprendizaje, De Sanchez, citado en Espinosa (2000, p.22)
Hay que recordar que en la planeación de estrategias que favorecen la autorregulación, debemos considerar los juicios que sobre el aprendizaje emite el estudiante, por ejemplo, juicios sobre aprendizaje a futuro, el juicio que tienen sobre el aprendizaje actual que poseen, y los sentimientos involucrados con respecto al aprendizaje adquirido, si lo considera de utilidad o no, (Espinoza 2000). Sólo teniéndolos en cuenta se puede diseñar un esquema de estímulos que motiven a los estudiantes.